Un día, en la mansión de Godmar, en Badalona…
La dueña de esa mansión fue asesinada. La dueña era doña Blanca, una mujer amable y sin enemigos. Todo apuntaba a que fue su marido, Don Negro, lo investigaron y el asesino lo había preparado todo para incriminarle. Diez años después se descubrió que no fue Don Negro el asesino pero en ese entonces ya estaba muerto desde hacía 7 años.
Se descubrió que hacía 5 años un niño llamado Esteban fue a la mansión y se encontró con los fantasmas. Ese niño se fue corriendo preso del miedo pero volvió para cazar a los fantasmas y lo consiguió. Le costó mucho sudor, esfuerzo y lágrimas pero lo logró con la ayuda de su amigo Michael y de su hermano Christian. Pero Esteban, Michael y Christian tuvieron un problemilla: la máquina solo podía cazar a un fantasma pero hicieron una trampa improvisada con materiales de los alrededores de la mansión. Todo volvió a la normalidad pero no se sabía el asesino.
Pero años después se vio que en los materiales de la trampa había una carta. Ponía: “No me queda mucho tiempo. Me vienen a buscar. Pero antes de irme quiero confesar que yo fui el asesino de Doña Blanca”. Firmado: Don Gris.
Mario Lechuga Gutiérrez (categoria infantil)